top of page

Bienvenido 2018 (o un cliché más)

El año se va a acabar y supongo que hablar del 2017 es normal -además de cliché-. Algunas cosas han pasado en mi vida este año, las suficientes como para sentarme a escribir alguito. Es difícil querer acordarme de todo, pero las cosas que se queden plasmadas acá seguro son las que más me resonaron del año. No sé, capaz es una especie de lista esto que va a salir, veamos por dónde va la cosa. Siempre me he preguntado porqué le es relevante a la gente leer lo bueno y lo malo del año de otras personas -o sea, ¿porqué me va a interesar si a te fue bien o mal?- pero va más allá de eso: cuando leemos lo que otras personas escriben es porque seguramente buscamos sentirnos identificados, por pura curiosidad -yo, por ejemplo-, o por cualquier motivo que sea suficiente para enterarnos de las vidas ajenas. En fin, este ha sido mi 2017 hasta ahorita.

1. Me enamoré -sí, sí, suficientes posts sobre eso-. Pero es que síf, me enamoré y es algo hermoso lo que he venido sintiendo, ya mismo va a ser un año que voy con el man y parece que fue ayer que le conocí. La cursilería me invade. Hemos peleado, nos hemos reído, hemos viajado y hemos aprendido juntos. (¡Qué viva el amor!)

2. Empecé un blog en el que puedo escribir sobre lo que me dé la gana. Todo más o menos empezó porque en mi clase de Ficción nos hicieron abrir una especie de blog en el que podamos subir nuestro diario visual semanal. Tenía ganas de publicarlo en Facebook, pero otra vez, la vergüenza me ganaba. Después, hablando con algunas personas, me di cuenta que no tiene nada de malo y decidí hacerlo. En mi página de About está un poquito más extenso el cómo y el porqué decidí hacerlo -por si les interesa-.

3. Ya que estamos en estas, empecé a escribir para Radio Cocoa. En serio, he escrito cinco notas y todas han sido un desafío completo. A veces hasta me siento tonta, siento que no escribo con claridad y que me olvido de hablar sobre cosas muy muy vitales. Peeeero, ¡me encanta! He aprendido muchísimo en poco tiempo y he aprendido que no hay sólo una manera de escribir las cosas. A ver si voy mejorando en el 2018 (ja ja).

4. En un post que hice sobre Las primeras veces, escribí sobre la primera vez que le vi llorar a mi papá. Bueno, este año, ha sido la segunda, y a diferencia de que yo hablaba de que las segundas veces no siempre son malas, esta es. Mi abuela está enferma, es viejita y el 24 de diciembre tuvimos que llevarla al hospital porque sufrió un desmayo del que hasta ahora no se recupera. La situación es cruda: a mi abuela no le queda mucho tiempo de vida y nos tenemos que preparar para cualquier cosa, como dijo el médico. Nunca le había visto a mi papá así. Enojado con la vida porque quiere llevarse a su mamá. Triste por no haberle dedicado más tiempo. Y el sentimiento para mi es el mismo. Me arrepiento muchísimo de no haber sido la nieta que ella ha estado esperando. Mi abuela es la persona más linda, suave, cariñosa, buena -etc, etc- del mundo. La ley de la vida es muy triste, para todos.

5. Otra vez me empecé a cuestionar sobre qué es lo que quiero hacer de mi vida. ¿Cine? Sí. Pero quiero actuar, siempre desde chiquita supe que quería dedicarme a eso y ahora me encuentro atorada en una carrera de cine que no me enseña nada sobre eso. En realidad es algo bueno haber estado en este limbo constante, ahora sé con claridad que eso es lo que quiero hacer de mi vida.

6. Aprendí a querer mi cuerpo. De nuevo, hice un post sobre cómo Me vale un reverendo pepino lo que la gente quiera pensar sobre cómo me visto o cómo me veo. Nunca antes me había sentido así de libre -respecto al tema-, y es INCREÍBLE.

Siete y la más importante: me fui a Nueva York y la experiencia fue más que alucinante. También, aprendí a ser más humilde, a escuchar más a la gente, a actuar más por lo que yo quiera que lo por que alguien más decida. Estoy aprendiendo que nada es para siempre y que debemos aprender a dejar ir: amigos, familia, mascotas -aunque eso entra en familia-, incluso relaciones. Es difícil entender que la gente tiene que entrar y salir por las mismas de nuestras vidas -claramente no todas- y no forzar las cosas.

Eso. Que venga el 2018, que vengan todos los clichés posibles sobre cómo recibir el año nuevo porque es algo bueno. Que vengan todas las metas posibles y que podamos cumplir la mayoría, qué vengan todas las buenas energías. Que venga siempre todo lo mejor, para este año y para todos los siguientes.

Únete a nuestra lista de correo

No te pierdas ninguna actualización

bottom of page