top of page

Crónicas de una estudiante de cine

*Advertencia: Fotos tomadas con el celular

Ángel Gavilánez en el set de Panamá, 2017

Llego a mi casa después de cuatro intensos días de rodaje de Panamá, un largometraje que dirige el Javier Izquierdo. Todavía faltan cuatro días más. Estoy en el equipo de arte y la verdad, todo va bien. Ha sido intenso, en el día de descanso que hubo, arte fue a setear todo para el día siguiente, arte ha cerrado locación, arte ha dormido poco. Lógicamente el resto del equipo también ha estado sacándose la madre, pero yo hablo desde mi perspectiva.

Talvez nada de lo que diga tenga mucho sentido, talvez alguien por ahí se sienta identificado. Talvez estoy escribiendo y mezclando muchas cosas al mismo tiempo, pero escribir es la única manera que tengo para poder desahogar los pensamientos que me han estado recorriendo todos estos días.

Le conté a la Baltasara el miedo que tenía y me dijo que me calme, que todo iba a ir bien: “Eso sí, cuando pidan silencio Manuela, es silencio”. Creo que a veces hablo un poco alto.

El primer día llegué: todo era rápido, confuso. Me asusté, no conocía a casi nadie, tengo que admitir que cuando no conozco a la gente me siento intimidada y sí, puedo ser tímida (algunas personas no me creen cuando digo que puedo ser tímida, pero sí, lo soy) y eso me bajonea. Tenía miedo de equivocarme, de decir algo estúpido, de tropezarme con algo, de cagarla, como todos en la vida la podemos cagar siempre. Empecé a pensar que yo no pertenezco a “este mundo”. Este mundo en el que todo debe estar fríamente calculado, y cuando no lo está, debemos estar listos para arreglarlo. Este mundo en el que todos están tensos y te pueden gritar por cualquier cosa. Este mundo en el que las jerarquías definitivamente existen, porque si no, no funciona no más.

Empecé a pensar que porqué estudio esto. Miraba las fotos de estas personas y me decía: las mías no son así de buenas. Hablaban de películas o directores que no conozco y me sentía un poco ignorante. Es la última vez que me meto en algo así, pensé y pensé y pensé. Todo esto, las primeras horas del primer día.

Pasaron un par de días, todo se va alivianando. Estaba hablando con la Sara, que también está en arte y le conté que me encantan los rodajes, le conté que de cierta manera siento como si estuviera de viaje en mi propia ciudad. Mis amigos me escriben a preguntar cosas de la universidad -a la cual no he ido desde el lunes, ni iré hasta el siguiente-, o a hacer la conversa, y pospongo todo: “esta semana no puedo nada, la siguiente hablemos.”

Siento que estoy alejada de todos los problemas del mundo exterior ahorita (con todos los problemas del rodaje), y eso es bacán. Pero la Sara me dijo algo que me dejó pensando: “Qué lindo que es ser estudiante, cuando ya se vuelve tu rutina es diferente…que tiene sus cosas bacanes igual…”

Ouch. Me golpeó. He dejado de lado completamente las otras responsabilidades, por lo tanto, de nuevo, me siento alejada de todo lo que hay afuera. Pero, ¿qué pasa cuando ya se vuelve tu rutina? Ya no lo ves así, no lo disfrutas de esa manera, no te sientes cool por estar en “otro lado”, la inocencia de estar en un rodaje en plena semana de universidad, se va. Entonces me quedé pensando, ¿qué va a pasar cuando me gradúe y esto ya no sea algo diferente en mi vida, si no todo lo contrario, mi rutina? La palabra monotonía me asusta. He pensado: en los rodajes siempre te acercas a la gente. Te conoces de verdad en conversaciones que se dan a las 3am mientras alguien adentro del set grita “silencio que vamos a rodar”. Te cuentas tu vida con estos manes que capaz no vuelvas a ver, o capaz, trabajaron tan bien juntos, que sabes que los vas a ver en rodajes de nuevo. Y definitivamente, la monotonía no se da, siempre son proyectos nuevos de los que podemos aprender.

Hotel 9 de Octubre, 2017

Hotel 9 de Octubre, 2017

Han pasado los días y nos hemos hecho panas con personas del crew, me he sorprendido porque hay personas que creí que eran amigos de toda la vida y total no, se hicieron panas en el rodaje. A la Sara, a la Tanya y a mi, nos han preguntado si nos conocíamos de antes, y no, no lo hacíamos (la Tanya y yo sí). “Las Zuquillo”, "comadres", nos dice la Priscila -la directora de arte.-

Eso es lo bacán de los rodajes, en cuestión de horas uno ya se hace íntimo de todo el mundo, y cuando el rodaje se acaba, lo único que quiere hacer es volver.

Son pocos días aún, pero siento que he aprendido muchísimo. La Prisci, es una bestia. Estoy ansiosa por aplicar algún rato todo lo que siento que he aprendido de ella.

Capaz soy una exagerada completa en escribir tanto sobre esto, pero sentí la necesidad de hacerlo: No se trata de tomar “buenas” fotos. Se trata de lo que quieres comunicar con estas. No se trata de sentirte ignorante por cachar o no un director, o una película. Se trata de que si te llamó la atención, te metes a aprender sobre eso. Sobretodo, no se trata de compararte con el resto, si no de aprender de ellos.

La Sara (der.) y yo en pleno seteo. 2017

Únete a nuestra lista de correo

No te pierdas ninguna actualización

bottom of page